Invertir en tiempos económicos difíciles.

A menos que hayas vivido bajo una roca, probablemente sabes que el mundo todavía está luchando con las consecuencias de la crisis financiera mundial que estalló en 2008. La crisis ha sido tan profunda que ha dejado una huella profunda en cualquier aspecto de nuestro desarrollo social, económico y político. De hecho, prácticamente no hay persona, institución, empresa o banco que no haya sentido los terribles efectos de la agitación que consiguió como resultado.
Esta crisis financiera, siendo la más grave desde la Gran Depresión, planteó una serie de cuestiones que deben abordarse para evitar los mismos errores en el futuro.


La pregunta más pertinente sigue siendo:

¿por qué ocurren las crisis financieras modernas?

La respuesta a esta pregunta es múltiple. Si bien la razón inmediata puede ser un estallido de una burbuja del mercado de valores, un defecto de un país o un crash de una moneda.

Las razones a largo plazo son generalmente mucho más amplios y complejos. En cualquier caso, una crisis financiera afecta la riqueza de muchos inversores y hace que las instituciones pierdan credibilidad ante los ojos de la gente.
Uno de los factores que magnifican los efectos negativos de una crisis financiera es la selección de activos que los inversores hacen para su cartera. Un inversionista sabio debe buscar para su beneficio una cartera que es inmune a estas condiciones de baja credibilidad institucional y pobre rendimiento de las existencias. Invertir en crisis económicas difíciles, por lo menos, requiere opciones que te dejen "en el lado seguro". Entre muchas, tales son los metales, ya sean oro, plata... y las inversiones alternativas como materia prima, divisas, y criptomonedas.